Conmemoración del 35º aniversario de la Declaración sobre el derecho al desarrollo

10/03/2023

El Consejo de Derechos Humanos organizó un evento de alto nivel en el marco de su 52ª sesión ordinaria para celebrar el 35º aniversario de la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo.

El CETIM, comprometido desde hace décadas con la promoción de este derecho fundamental para las luchas populares, no faltó a la convocatoria y presentó una declaración para expresar su preocupación por un orden internacional cada vez más militarizado.

Cabe recordar que las grandes potencias dominantes cuestionan constantemente el derecho al desarrollo, que consideran un obstáculo para su dominación. Del mismo modo, estas mismas potencias confunden desarrollo y derecho al desarrollo. Además, para estas últimas, el desarrollo no es más que crecimiento económico, en beneficio de las élites dominantes y en detrimento de los pueblos y las clases populares. Sin embargo, la dolorosa experiencia de muchos pueblos aplastados por el (neo)colonialismo y la imposición de un modelo de desarrollo generador de miseria y opresión, nos demuestra lo contrario. En efecto, el crecimiento no es infinito ni ilimitado; sólo beneficia a una pequeña minoría que dispone a su antojo de los recursos no renovables, violando así los derechos fundamentales de la inmensa mayoría de las generaciones presentes y futuras.

Cabe señalar que el derecho al desarrollo no se limita al aspecto económico, como se afirma claramente en el primer párrafo del artículo 1 de la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo: “El derecho al desarrollo es un derecho humano inalienable en virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar de él”.

Quienes piensan que el derecho al desarrollo sólo concierne a los países del Sur se equivocan y parecen ignorar los grandes problemas de los países del Norte, como la desarticulación de la cohesión social; el aumento del desempleo, el racismo y la inseguridad (en todos los sentidos de la palabra); el avivamiento de los conflictos por los discursos populistas entre generaciones y corporaciones, etc.

A esto hay que añadir la creciente militarización y los desorbitados gastos militares en el contexto de una situación internacional caracterizada por el auge de los movimientos reaccionarios y la intensificación de las estrategias imperialistas de dominación mundial. Estas últimas ven cuestionados sus intereses por el surgimiento de nuevos polos de poder (mundo multipolar), lo que intensifica la confrontación militar. Este contexto cuestiona directamente la promoción y la aplicación del derecho al desarrollo, en la medida en que la transferencia de recursos a la carrera armamentista significa menos recursos presupuestarios en los servicios públicos y en sectores clave como la salud, el agua y el saneamiento, la cultura, la educación, la alimentación, la vivienda, la cooperación, etc.

En su intervención, el CETIM recordó que la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo prevé “el desarme general y completo bajo un control internacional eficaz” con el objetivo de “establecer, mantener y fortalecer la paz y la seguridad internacionales” (art. 7). Por último, el CETIM reiteró su firme apoyo a la adopción de una Convención de la ONU sobre el derecho al desarrollo, con vistas a forjar una palanca política y jurídica al servicio de la autodeterminación de los pueblos y de las estrategias de los movimientos sociales para transformar nuestras sociedades en una dirección de justicia social y climática.