¿Ha llegado por fin la hora del derecho a la tierra? Esta reivindicación histórica de los movimientos campesinos va ganando terreno a nivel internacional y cada vez son más las voces que se elevan a su favor, en particular en el seno de los órganos de derechos humanos de la ONU.
Los Relatores especiales de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación y sobre el derecho a la vivienda, el Comité de derechos económicos, sociales y culturales así como el Comité asesor del Consejo de derechos humanos se han pronunciado a favor del reconocimiento de la tierra como derecho humano a nivel internacional.
Y actualmente los Estados están discutiendo una propuesta concreta que va en este sentido en el marco de las negociaciones en el Consejo de derechos humanos relativo a la Declaración sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales.
Si la comunidad internacional es sincera por lo que se refiere a su toma de conciencia sobre el papel fundamental de los campesinos y los pequeños productores para la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación, el reconocimiento del derecho a la tierra tiene que ser una prioridad. ¡No hay tiempo que perder en un momento en el que los acaparamientos de tierras a gran escala se multiplican y el reparto desigual de las tierras y la falta de reforma agraria en muchos países condenan a cientos de millones de campesinos a la supervivencia o al exilio!
El reconocimiento de un derecho a la tierra para los campesinos en las Naciones Unidas representaría una fuerte señal política. Constituiría un potente instrumento de movilización para las luchas de las organizaciones campesinas y vendría a reforzar suposición de cara a sus gobiernos. Mas allá de este importante aspecto simbólico, el contenido de este derecho y las disposiciones relativas a su aplicación serán igual de determinantes.
El CETIM trata de estos diferentes retos en este número especial sobre el derecho a la tierra en ocasión de la presentación de su nueva publicación.
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