En marzo de 2017, la 34 sesión del Consejo de los derechos humanos (CoDH) se desarrolló en Ginebra. El CETIM estaba presente para representar la voz de los pueblos oprimidos y a las víctimas de las sociedades transnacionales.
En la sesión, el CETIM intervino en la presentación del informe del Relator Especial sobre el derecho al medioambiente, regresando de un viaje a Madagascar. Desde hace algunos años, el CETIM monitorea la situación de violencias en este país. El CETIM observa que un vínculo entre las violencias contra la población y el saqueo de los recursos naturales, y, por lo tanto, del medioambiente, es una realidad. En este sentido, el CETIM instó a poner fin a estas prácticas ilegales a la luz de los instrumentos internacionales de los derechos humanos, y reiteró su demanda a la Relatora Especial sobre las ejecuciones extrajudiciales para que viaje al país para investigar sobre las violaciones mencionadas. La intervención del CETIM tuvo un impacto mediático considerable, a la vez en Madagascar y en Francia. Un impacto que podría contribuir a aumentar la presión para que se respeten los derechos humanos de la población malgache.
A principios del año, el CETIM fue contactado por un Sindicato chadiano, la Unión de sindicatos del Chad (UST), frente a la grave situación que viven los funcionarios del país, cuyas libertades sindicales diariamente se violan. El CETIM instó al Gobierno chadiano a cumplir con sus compromisos internacionales en cuanto a derechos humanos y derecho del trabajo, en particular los derechos sindicales elementales, como los derechos de huelga, de negociación colectiva o el derecho a un salario decente.
Cada año, el periodo de sesiones del CoDH de marzo ve a la oficina del Alto Comisario presentar su informe anual sobre Colombia. El CETIM, en su intervención en la sesión plenaria del CoDH, expresó su sorpresa y preocupación por la manera en que el informe anual omite la cuestión del paramilitarismo en el país. En efecto, si bien, de un lado los movimientos de guerrilla (las FARC) están procediendo a su desmantelamiento (tal como se decidió en los acuerdos de paz), los grupos paramilitares siguen operando en total impunidad. Además, aumentan su poder y su radio de acción apropiándose los territorios abandonados por la FARC. Ante esta situación, el CETIM exhortó a Colombia a proteger los líderes sociales y a desmontar rápidamente a los grupos paramilitares. Y finalmente, el CETIM pidió que los observadores de las Naciones Unidas permanezcan in situ, con el fin de proseguir su trabajo de observación y asistencia para consolidar la estabilidad y la paz en el país.