En la actualidad, Haïti se enfrenta a una estructura social basada en el poder de “bandas criminales”i. Desde los años 80, estos grupos armados han sido explotados por el poder político. Este fenómeno se acentúa con la presidencia de Jovenel Moïse, quien habría operado en concierto con las bandas para mantenerse en el poder hasta su asesinato en 2021.