La Declaración sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales fue aprobada por la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Es una victoria histórica para los campesinos y las organizaciones que los están apoyando en su lucha desde 17 años.
La adopción de la Declaración sobre los derechos de los campesinos es el fruto de un largo trabajo del CETIM y de sus asociados, entre los cuales La Vía Campesina, una organización que reagrupa a millones de campesinos en el mundo.
Al comienzo, una simple constatación: los campesinos (con sus familias) representan casi la mitad de la humanidad, sin embargo en muchos países se le niegan sus derechos. Hambre, pobreza, expropiación, no son que algunos de los problemas con que se enfrentan diariamente.
“Son los campesinos de La Vía Campesina que han decidido que los Estados deben reconocer sus derechos” explica Henry Saragih en un libro sobre este sujeto que parecerá próximamente en las ediciones del CETIM.
Diecisiete años de lucha
El proceso seguido por La Vía Campesina para obtener un reconocimiento de los derechos esenciales de los campesinos puede servir como ejemplo. Los delegados campesinos de diferentes países han empezado a poner en papel los artículos de la futura declaración. A continuación han encontrado una vía de entrada en las Naciones Unidas con el ayuda del CETIM. De hecho, esta organización internacional que detiene un estatuto consultivo en la ONU, es una interfaz entre la ONU y los movimientos sociales.
“Los aspectos claves de la Declaración son el derecho a la tierra y a los recursos naturales, el derecho a una renta decente y a los medios de producción, el derecho a las semillas, el derecho al seguro social y por supuesto el derecho a la soberanía alimentaria, solo para citar algunos de ellos.” explica Melik Özden, director del CETIM.
La Declaración sobre los derechos de los campesinos y otros trabajadores rurales fue aprobada por la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Ella permitirá a los pueblos concernidos de hacer valer sus derechos (como el derecho a las semillas) y de participar a la adopción de decisiones relativas a la agricultura, a la pesca, a las políticas agroalimentarias y a todas las temáticas que tocan sus comunidades. Además, este instrumento servirá como referencia para la elaboración de los programas y las políticas relacionadas con los campesinos. Tanto como para integrar sus derechos en las legislaciones nacionales como para negociar los acuerdos comerciales internacionales. Finalmente, será una herramienta importante para las instituciones y los defensores de derechos humanos. En general, por todas las entidades directamente interesadas por la problemática de los derechos de los campesinos.
Ahora queda solo implementar esta Declaración. Todo un programa…